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Pío IV

Pío IV, nombre original Giovanni Angelo de' Medici, (nacido el 31 de marzo de 1499, Milán (Italia), fallecido el 9 de diciembre de 1565, Roma, Estados Pontificios (Italia)), papa italiano (1559-65) que volvió a convocar y concluyó el Concilio de Trento. Pío IV Abogado canónigo, en 1545 fue ordenado y consagrado arzobispo de Ragusa y en 1547 fue nombrado vice legado papal de Bolonia. Fue nombrado cardenal sacerdote en 1549. Después de un largo cónclave, Giovanni fue elegido papa el 25 de diciembre de 1559, como Pío IV. Aunque durante mucho tiempo estuvo de acuerdo con aquellos que veían la necesidad de reformas definitivas, particularmente de nepotismo, en la Curia, llamó a su propio sobrino Charles Borromeo, a Roma, donde lo creó cardenal diácono en 1560. Pío, sin embargo, tomó medidas inmediatas para llevar a juicio al Cardenal Carlo Carafa, a su hermano Giovanni y a los sobrinos del Papa Pablo IV, lo que resultó en su polémica ejecución el 6 de marzo de 1561. Paralelamente,

Juan como un reconciliador

Declaración tras declaración él enfatizó el significado de la iglesia como una fuerza espiritual suprapolítica en el mundo. Sin embargo, su mayor reivindicación del afecto del mundo se basaba en la calidez de su personalidad más que en ninguna de sus declaraciones formales. Permaneció sencillo e inafectado, a pesar del ambiente barroco en el que se encontraba, e instintivamente apeló directamente a los valores humanos que todo el mundo podía entender. "Como tú no pudiste venir a mí, yo vine a ti", les dijo a los reclusos de una prisión romana. Cuando Jacqueline Kennedy, la esposa del presidente de los Estados Unidos, vino a llamar, ensayó "Mrs. Kennedy, Madame Kennedy" en su pobre inglés. Entonces, cuando ella apareció, él espontáneamente abrió los brazos y gritó: "¡Jacqueline!" Una vez le dijo a un diplomático comunista: "Sé que eres ateo, pero ¿no aceptarías la bendición de un anciano?" Cuando una campesina desaliñada se acercó para tocarl

Los padres del concilio

De acuerdo con sus deseos, los padres del concilio prometieron que serían consistentemente positivos. No se debían hacer condenas ni anatemas; se debían ignorar las hostilidades políticas; y la iglesia sobre todo debía reconocer que no era el amo sino el siervo de la humanidad. El Papa dejó claro que el Concilio Vaticano II fue convocado como un concilio pastoral. No debían pronunciarse nuevos dogmas, aunque sí debían reexaminarse las viejas doctrinas y disciplinas. Lo que Juan buscaba, dijo, era un "Nuevo Pentecostés", una nueva efusión del Espíritu Santo. Fuente: https://oradorfiel.weebly.com/ El concilio, según el diseño de Juan, haría un nuevo comienzo hacia el logro de la unidad cristiana dejando de lado las hostilidades del pasado y reconociendo la parte de responsabilidad de los católicos por el escándalo de un cristianismo dividido. Con sus largas experiencias entre los ortodoxos orientales, el interés de Juan por el ecumenismo cristiano parecía bastante na